"Soy un hombre de números: cuando tengo semanas de 110 millas y trato de mantener ritmos específicos, los datos lo son todo. Antes de ENGO, incluso el pequeño movimiento de levantar la muñeca para mirar el reloj alteraba mi ritmo y mi patrón de respiración. Puede parecer insignificante, pero a nivel de élite, esos 4 o 5 segundos para recuperar el paso pueden marcar o romper un entrenamiento.
En la media maratón de Detroit Free Press, utilicé ENGO para obtener un parcial negativo en la carrera, lo que me clasificó para mi primera carrera profesional de élite en Filadelfia. El verdadero avance se produjo en el maratón de Houston, donde recorté 7 minutos a mi récord personal y terminé en 2:28. Al tener mi ritmo, frecuencia cardiaca y tiempo transcurrido directamente en mi campo de visión, pude mantener una forma perfecta mientras realizaba cada parcial con precisión.
Lo que resulta especialmente valioso de las ENGO 2 fotocromáticas es cómo se adaptan a las condiciones de luz cambiantes. Los maratones suelen empezar antes del amanecer, por lo que contar con unas gafas que pasen de transparentes a oscuras a medida que aumenta la luz del día elimina otra variable más que hay que gestionar.
Para los corredores de élite, cada ventaja fisiológica es importante. Cuando te acercas a tu umbral durante una carrera de velocidad o intentas alcanzar el ritmo de maratón objetivo durante una carrera de 20 millas, ENGO se convierte en una extensión de tu cuerpo, creando una conexión perfecta entre la intención de tu mente y la ejecución de tu cuerpo. No se trata sólo de comodidad, sino de optimizar todos los aspectos del rendimiento cuando los márgenes de mejora son cada vez más reducidos".
