"Correr un maratón es un reto tanto mental como físico. Todo corredor competitivo se enfrenta a un dilema frustrante: llevar un reloj crea un estrés de fondo. O bien te distraes mirándolo constantemente, o bien te angustia perderte un posible desvío en tu rendimiento. Este tira y afloja mental altera tu economía de carrera e impide que alcances ese estado de flujo ideal.
En el Maratón de Los Ángeles, donde corrí en 2h57'35", ENGO cambió las reglas del juego. Con las métricas en tiempo real en mi línea de visión, eliminé por completo la necesidad de comprobar el reloj. Pude relajarme, centrarme en mi zancada y dejar que mi cuerpo hiciera lo que está entrenado para hacer.
La ansiedad por los datos que persigue a todo corredor competitivo simplemente desapareció. Antes de ENGO, sentía ese familiar pico de estrés cada vez que necesitaba comprobar mi reloj: me preocupaba lo que podría ver, rompía la zancada para mirar hacia abajo y luego pensaba demasiado en los números. Ese cálculo mental constante:"¿Voy a buen ritmo? ¿Debo esforzarme más? ¿meestoy agotando demasiado pronto? era agotador y contraproducente.
Con ENGO, esas métricas se convirtieron en una presencia tranquilizadora en lugar de una fuente de estrés. La conciencia constante de las métricas creó una sensación de calma y control que permitió a mi mente y a mi cuerpo alinearse para un rendimiento óptimo. Podía procesar la información de forma pasiva, haciendo microajustes sin la carga psicológica que supone el ciclo de preguntarse, comprobar y preocuparse.
¿La ansiedad de fondo que atormenta a todos los corredores de maratón? Desapareció. Me sentí completamente en control durante toda la carrera, manteniendo mi economía de carrera a la vez que era perfectamente consciente de mi ritmo y mis parciales. Esta claridad mental se tradujo directamente en eficacia física: se acabaron las tensiones provocadas por la incertidumbre y los patrones respiratorios alterados por mirar el reloj.
ENGO no sólo cambió la forma en que accedía a mis datos, sino que transformó mi relación con ellos, convirtiendo lo que antes era una fuente de estrés en una base de confianza. Esa tranquilidad es algo que todo corredor busca pero que rara vez encuentra, y marcó la diferencia a la hora de lograr mi objetivo en el maratón."










